La época estival llena de festivales debe llevarnos a pensar en qué hay detrás de todo este negocio. Hace unos podías pudimos leer una tribuna libre en El Mundo sobre la decadencia que viven los estos eventos y en la que el principal perjudicado es el público.
“Las nuevas generaciones son aplastadas por las marcas comerciales, la publicidad, el nihilismo de las multinacionales de organización de conciertos -casi dueños de los artistas- y la rendición de las grandes estrellas ante el estado del deprimido negocio discográfico” es una de las mejores perlas que deja el autor del texto. El mejor ejemplo es que en el Summercase gran parte del cartel acude a la cita sin presentar nuevos trabajos, como es el caso de los Kaiser, o aún más sangrante el de los Sex Pistols.
Sin embargo, no se puede pensar que los únicos culpables son los promotores de los festivales, sino que también gran parte de la culpa recae sobre los propios grupos y cantantes. Los artistas antes dedicaban parte de sus giras a defender la igualdad racial, los derechos de la mujer, la liberación sexual o el fin de la violencia en festivales como Woodstock, pero ahora como dice el texto se pasean por festivales para cantar un ratito, no se vayan a cansar, y a hacer caja.
En definitiva, los festivales son una gran oportunidad de escuchar a muchos artistas en poco tiempo. Y señalo en poco tiempo pues cada vez la duración del concierto en los festivales es más corta. Poderoso es don dinero para que gente como Bob Dylan, “creador” del antivideo, se pasee por Madrid en un Rock in Río sin Rock y sin Río…
Puedes leer el texto entero aquí.
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2 comentarios:
Pues en mi modesta opinión, el artículo dice la verdad. Me gustan los festivales, cierto es que no son lo que eran, pero es la época que nos ha tocado vivir y por lo tanto, debemos disfrutar de la música...y de lo que nos ofrecen! GRan Blog!!
pues yo pienso que si los festivales tienen una mierda de programación, con no ir ya está todo hecho. ya esta bien de seguir como borregos a músicos endiosados.
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