La primera petición que hace el cantante es tener a su disposición un coche negro con cristales tintados. Pero ha de ser un Mercedes S-500, un Lexus, un Jaguar o un BMW.
Otra cosa en la que es especialito es en la comida. Morrissey es vegetariano, por lo que toda la comida que se le sirva a él y a su equipo debe ser así. Pero esto no se queda ahí, sino que en algunos conciertos el público no puede como carne. Prueba de ello es que en su primer FIB, durante su concierto no hubo manera de conseguir carne.
Este requisito llega hasta tal extremo que el cantante pide que, si hay un lugar donde se esté friendo carne cerca de la sala de conciertos, su camerino debe estar en algún lugar donde no lleguen los olores de la carne. Pero lo más impactante de esto es que Mozz obliga a que el promotor le indique la marca de mantequilla que va a utilizarse en su dieta.
En la sala no se pueden vender ni artículos de merchandising ni comida con la que se pueda herir a la gente. Una cláusula de su contrato es que “Todo el mundo debe ser tratado con dignidad y en igualdad en todo momento”, por lo que la violencia no está permitida en sus conciertos.
La última extravagancia reseñable es que el cuarto de baño sólo puede ser utilizado por su persona, y nadie más, ni siquiera de su equipo.
Leído en hipersónica.
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